Esta novela ha de leerse por capítulos de manera ordenada. Debes comenzar por la primera entrada e ir ascendiendo.

martes, 15 de enero de 2008

Capítulo segundo: La historia de Bersheek

Capítulo Segundo:

La historia de Bersheek:

Aquel hombre era de complexión fuerte, cabello rubio bastante largo que caía sobre sus hombros y de anchas espaldas. Estaba tumbado con la cabeza apoyada en la pared, un poco reclinado. No sabía bien si estaba dormido, muerto o inconsciente. Estaba bastante pálido pero parecía que respiraba. Me acerqué lentamente, me había causado un shock ver aquel cuerpo yaciendo solo, sin motivo aparente y tras la pesadilla que tuve hacía tan solo media hora. Me asustaba la idea de que pudiera ser un vampiro como lo era Duran.

“Pero vamos a ver Dumue, los vampiros no existen, no tienes de que preocuparte”. Ya pero y sí.... bah, ¡pamplinas! No podía seguir así, ese hombre podría necesitar ayuda.

Comencé por sacudir su pié agarrándole por el tobillo, quizá así consiguiera despertarlo, con un poco de suerte solo bajó a descansar.

No reaccionó.

Continué por zarandearle por los hombros y tampoco reaccionaba.

Finalmente le comencé a agitar la cabeza hacia atrás y hacia delante. Fue entonces cuando vi en su cuello esa extraña marca que me aterró por completo poniendo todos mis sentidos alerta y despertando en mí un tremendo sudor resbalando por toda mi sien. La herida estaba cicatrizada y no sangraba. Al menos se había curado.

¿sería realmente...un vampiro? Comenzó a reanimarse, dejó los ojos en blanco, después aparecieron por arriba sus dos pupilas y me miró con una mirada intensa, pero perdida. Sus ojos verdes emanaban tristeza e irradiaban un gran esplendor. Finalmente me coloqué delante de él y comencé a hablarle en francés preguntándole por sus datos para intentar mantenerle consciente. Parecía que no entendía bien el idioma de modo que probé con el inglés y el hombre hizo un ademán de entendimiento.

- ¿Puedes entenderme? dije lentamente para que pudiera captar todo con facilidad - ¿quién eres?

- Yo...yo... (cough) me llamo Bersheek.

- Encantado Bersheek, yo soy Dumue Román Lliure, vengo desde Barcelona para encontrarme con mi hermana normalmente ser confidente con alguien en su estado, suele inspirar confianza que de otro modo me hubiese negado ciegamente ¿Porqué vino a Toulouse sin saber francés? ¿qué le trae por aquí?

- Pues... la verdad, no lo se. Yo estaba en un crucero rumbo a Alemania... recuerdo que yo y mi bufete de abogados íbamos hacia Berlín, a tratar el caso de un hombre que estaba acusado de asesinato multiple en causas aun inconcretas. Pero se le encontró en el lugar de la última muerte, todas murieron en el bosque, todas ellas vírgenes de 16 años. Se le encontró desnudo y con la boca y las manos ensangrentadas... lo curioso es que las muchachas no habían sido violadas pese a que este no tenia ropa. Es extraño, aún no entiendo qué hago aquí. Recuerdo que mi barco chocó con algo, un golpe muy brusco. Nos asomamos todos a la cubierta y algunos cayeron, el barco se tambaleaba y finalmente yo también caí. Eso lo recuerdo porque me estaba helando. Pero lo que aún no entiendo es qué hago aquí...

- Hmm... no entiendo bien qué haces aquí y cómo llegaste lo desconozco pero hay algo que si se y es que debemos salir de aquí, imagino que tendrás hambre. Vamos, te invitaré a algo y luego si quieres podemos ir a buscar un hotel. ¿Llevas dinero encima?

- Déjame ver se saca del bolsillo interior de la chaqueta una cartera y la inspecciona. Tenía dinero, tarjetas, carné... realmente quien le llevó allí no era un atracador, eso estaba claro sí, tengo...unos 500 en billetes y aproximadamente 8 en monedas.

- Bien, si quieres podemos buscar un hotel y charlar esta noche para que puedas retomar tu rumbo y ver si podemos encontrar alguno de tus compañeros de bufete..

Asintió y nos pusimos en marcha, salimos del sótano y subimos las escaleras que llegaban a la absidiola, cruzamos el ábside por la nave central y llegamos al nartex. Pasamos la portada de la iglesia y seguimos por el pequeño jardincito hasta salir del recinto y dar con mi coche, lo abrí y lo puse en marcha, el frío comenzaba a ser intenso, conecté la calefacción y rumbo al centro de la ciudad ninguno de los dos dirigió una sola palabra. En la radio sonaban canciones algo anticuadas tales como Rape Me de Nirvana y un amplio repertorio de los 80 y 90. En cierta ocasión nos vimos ambos cantando Born to be wild y acto seguido nos miramos hasta explotar en carcajadas. Llegamos al hotel y lo primero que hicimos fue pedir una habitación con dos camas. Era bastante tarde, las 2 de la madrugada de modo que preferimos descansar y acercarnos el día siguiente a la comisaría en lugar de esa misma noche. Ambos necesitábamos descansar.

Esa noche volví a tener pesadillas. Soñé que era una dama. Debía de ser noble pues pese a que vestía muy anticuada, como renacentista, era muy elegante. Ropajes muy recargados, grandes joyas. Estaba en una sala muy grande, de una riqueza tal que podría parecer un palacio. Comenzó a dar vueltas por la habitación y se miró a un espejo observando su belleza, piel suave y sedosa, mejillas muy vivas, como con leves pinceladas rosadas. Los cabellos son rubios cual oro de gran calidad, su cuerpo muy delicado y de gran belleza, curvas bien formadas y con unos pechos muy seductores que asomaban el escote del apretado vestido. Acto seguido se sentó en la cama, estaba pletórica de felicidad, hoy iba a tener noticias de su marido. Entró un hombre con una carta “ Carta de a su marido, mi lady” comentó quien parecía ser un criado.

La abre alegremente, comienza a leer y su rostro se convierte en un esperpento de la tristeza, una mueca horrible que no podía reflejar mejor un sentimiento de tristeza tal. Su marido había fallecido por causas desconocidas. Comenzó a sollozar tumbada en la cama y finalmente calló en un profundo sueño.

- Eh Monsieur Dumue, despierte, creo que va siendo hora de que vayamos a comisaría para dejar claro el caso de mi barco y saber si puedo contactar con alguno de mis compañeros. Si quiere puedo esperarle abajo en la cafetería del hotel mientras se va arreglando.

- Oh sí, lo siento... estaba sumergido en una de mis...en un sueño. Vaya bajando, no tardaré. Justo enfrente del hotel tiene una buena cafetería. Sino, en el propio hotel hay otra. Espéreme en la puerta en media hora. No tardaré mucho.

Acto seguido salió y me dispuse a vestirme. Cogí mi cartera y doné encima de la cama una buena propina para el servicio de limpieza. Bajé a encontrarme con el señor Bersheek. Juntos caminamos hasta la comisaría y allí se metieron con él en un cuarto cerrado para hacerle unas preguntas, mientras me estuve paseando por la comisaría viendo los tablones de anuncios donde ponían las noticias más destacadas. Me sobresaltó el caso de un tal Duran que había aparecido muerto y a la mañana siguiente su cadáver ya no estaba. Empecé a ponerme nervioso ¿...Duran? ¿Sería el mismo Duran de mi pesadilla? Algo extraño había pasado y creo que yo lo sabía. Mantuve la compostura y decidí guardarme esa noticia. Tenía que inspeccionarla. Al poco rato salió Bersheek indignado, comenzó a soltar todo tipo de maldiciones y a mentar las madres de todo el cuerpo de policía, por lo visto el barco en el que partió, el Reichklam no había zarpado según los informes del congreso de astilleros de Inglaterra, sin embargo el barco no estaba allí. Había desaparecido, quizás había sido robado y acabaron diciendo que Bersheek era sospechoso junto a su bufete por posible robo del Reichklam, era lógico que estuviera indignado.

Bueno, ahora sabíamos que la policía no iba a ayudarnos, de modo que le propuse acercarnos a un restaurante a las afueras de Toulouse, donde podríamos charlar y así quizá me pudiera contar aspectos más relevantes de la historia del barco, tal vez así podríamos concretar ciertos temas al respecto.

Partimos hacia L’enfant, un restaurante francés, el mejor de Toulouse. Cogimos una mesa en la terracita, no hacía especial frío y la brisa era suave, de modo que tuvimos una comida bastante reconfortante.

- Dígame señor Bersheek, y sea sincero por favor, ¿qué le parece que puede ser lo que ha ocurrido?

- Bueno... le confesaré señor Román que raro me sonaba no escuchar mi verdadero apellido a decir verdad no tengo nada en claro, ¿puedo hacerle una pregunta?

- Por supuesto, adelante

- ¿Cree usted en los llamados fenómenos paranormales?

- Hmm... la verdad es que hasta hace bien poco era empirista, pero... últimamente me estoy replanteando muchas cuestiones. ¿Porqué lo dice?

- Bueno, resulta que por lo visto nuestro barco no llegó a notificar de que soltó marras en el puerto. Es como si... hubiésemos desaparecido sin más.

- Hmm... de nuevo extraño.... bah, no pensemos en eso, si quiere y se encuentra más cómodo, podemos comer y más tarde partir en busca de información.

- Así sea.

No hay comentarios: